Y…. De repente… ¡Zas! la vida te pone de frente una prueba mostrándote aquello que tienes que trabajar, porqué todavía no lo has aprendido.
¿Cuántas veces te ha pasado, que cuando más piensas que estás en tu mejor momento, que ya lo sabes todo, que ya estás a punto de conseguir tu objetivo, que ya lo tienes superado, y que todo lo que tenías que aprender ya lo has aprendido, el Universo te pone un examen para comprobar que realmente es así, es la prueba que tienes que superar, y es cuando te das cuenta que aquello que pensabas que habías superado, que ya habías digerido, sólo era una creencia tuya, ahora es el momento de demostrarlo porqué realmente no lo habías aprendido.
¿Te ha sucedido? Si no te ha sucedido puede ser por alguna de estas razones:
- Puede, que no sientas que lo que esta situación te está mostrando es una lección de vida que tienes que aprender y lo vives desde la posición de victima sin asumir tu propia responsabilidad.
- Puede, que pienses que esto no va contigo, y que lo sucede es porqué tiene que pasar de alguna forma y ya se solucionará de alguna manera.
- Siento decirte que todo lo que ocurre en nuestra vida, todas las situaciones que experimentamos, y todas las personas que se cruzan en nuestro camino, son reflejos nuestros, y algunos reflejan partes nuestras que todavía no aceptamos de nosotros mismos y que son nuestros maestros y que hasta que no las aceptemos y aprendamos cual es su significado, se volverán a repetir de una u otra forma, con el fin de que crezcamos, evolucionemos y nos desarrollemos cómo personas, pues cómo decía Robert Louis Stevenson:
“Ser lo que somos y ser la persona que somos capaces de llegar a Ser es la verdadera meta de nuestra vida”
A mí, justamente me ha ocurrido durante estas vacaciones de verano, y me siento agradecida por ello, porqué me ha hecho consciente aquello que todavía tengo que sanar en mí.
La vida me puso una persona delante que me mostró e hizo consciente aquella parte de mi herida que todavía no he sanado. Esa herida, que todos tenemos, y que hasta que no la sanamos, se nos repiten situaciones, o lo que yo llamo, repetimos patrones. Lo que se le llama el patrón de conducta. Pues, al fin y al cabo, la herida cuando no está sana, hace que se definan unos patrones de conducta que ya bien sea, con la pareja, con los padres, con los hermanos, con nuestros trabajos, e incluso con nuestros amigos más cercanos, determina una forma de actuar, de percibir nuestra realidad y nuestra forma de ver la vida.
Es decir, mientras no nos demos cuenta de que es lo que realmente nos sucede, atraemos un determinado tipo de pareja, un determinado tipo de jefe, etc.. lo que yo llamo nuestros maestros de vida. Ellos son los que nos enseñan las lecciones hasta que lo aprendemos. Nuestros padres, nuestras parejas, nuestros hijos, y nuestros jefes.
Cuantas veces has escuchado a una amiga, o a un conocido explicando la historia de alguien que dice, es que siempre termina con hombres a quien les tiene que mantener, o es que siempre me pasa lo mismo doy mucho, pero recibo muy poco…. Y así podría seguir. La buena noticia: Nada pasa por casualidad.
Como te he comentado antes todo son patrones de conducta, que una vez nos damos cuenta de ello, lo podemos cambiar. Eso es lo maravilloso de esta vida, que podemos escoger y crear la vida que queremos vivir. Una vez nos hacemos conscientes de ello, podemos cambiar nuestra forma de pensar, ver, sentir y actuar de una forma más coherente con nosotros mismos y con quien en realidad somos. Y eso es un acto de amor hacia nosotros mismos y hacia los demás. Querernos para ser queridos, y querer a los demás.
Si sientes que esto te pasa a ti, te invito a que revises los espejos de tu vida y me cuentes aquella situación que siempre se repite en tu vida y no sabes porque sucede.
Me encantará leerte.
Espero que este contenido te haya aportado luz. Me despido de ti hasta la próxima semana.
Descubre el amor de tu vida y vive una vida con Pasión.
Fontcalda Cots
Flow Change Passion
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