“El amor es una cura milagrosa. Amarnos a nosotros mismos hace milagros en nuestras vidas” Louise Hay
Desde que ha empezado toda esta situación de la crisis del Coronavirus, a todos nos ha afectado de una manera u otra. Hay quien ha perdido el trabajo, hay quien se ha puesto enfermo, hay quien tiene amigos o familiares enfermos, y hay quien por desgracia ha perdido a algún ser querido.
Dado el alto nivel de contagio que tiene y que se ha convertido en una pandemia a nivel global, nos hemos visto obligados a quedarnos confinados en casa, saliendo solamente para lo estrictamente necesario; salir a comprar productos de primera necesidad, ir a trabajar en caso de que no se pueda hacer por teletrabajo, y sacar nuestros perros a pasear. Todo ello nos ha obligado de una forma drástica e inmediata a adaptarnos a otra forma de vivir, aunque sea temporal, a reordenar nuestra lista de valores y prioridades; nuestra salud, la comunicación con nuestros seres queridos, el valorar más lo que tenemos y agradecerlo.
A nivel personal, me ha afectado perdiendo el trabajo que me daba una seguridad y un confort, y me he visto obligada a estar confinada en casa saliendo solo estrictamente para lo necesario. Toda esta situación me ha llevado a preguntarme que nos está queriendo decir esta enfermedad, esta pandemia que está afectando a más de 150 países y que no distingue ni religiones, ni ricos ni pobres, y que en lo que más nos ha afectado a todos por igual, independientemente de donde seamos es a nuestras relaciones y nuestro modo de vida.
Los humanos somo seres sociales, y necesitamos tener conexión con los demás ya sea con amigos, familiares, o pareja. Sin esta conexión nos sentimos solos y tristes.
Este confinamiento al que nos hemos visto obligados para evitar que el virus se propague más, ha provocado que muchos familiares no se puedan ver, muchos amigos no puedan quedar, muchas parejas tengan la relación a distancia, y los que viven juntos se saturan por no poder tener espacios individuales.
Paralelamente muchas empresas han bajado a mínimos históricos su nivel de actividad, incluso algunas han tenido que cerrar. Los restaurantes y bares tan llenos de vida en su momento han cerrado sus puertas, museos y eventos culturales cancelados o postpuestos para más adelante. Solo quedando abiertos los comercios que vendan alimentos de primera necesidad, farmacias, supermercados, estancos y gasolineras. Todo lo demás cerrado.
Por otro lado, si nos fijamos en la naturaleza vemos que: las aguas de Venecia están hoy más cristalinas que nunca y el nivel de Co2 en el aire ha bajado en muchas zonas. No puedo evitar dejar de preguntarme que nos quiere decir esta situación, porqué algo tenemos que aprender.
Gracias a internet y las últimas tecnologías podemos hacer ejercicio online, clases de salsa por el Instagram, tener videollamadas con nuestros seres queridos, eso si nada de abrazos y besos. Ha bajado la actividad de consumo a mínimos históricos, no hay salidas a restaurantes, no hay salidas a eventos culturales, no hay tanta demanda de productos que no son imprescindibles .
Es como si la propia naturaleza nos estuviera mandado un mensaje, menos consumismo, más mirar hacia dentro y dejar de mirar tanto hacia fuera. Como si lo de fuera, fuera a cubrir necesidades propias, cuando muchas de ellas nos las han creado para que consumamos más. Como decía Ralph Waldo Emerson “Lo que se encuentra detrás de nosotros y lo que se encuentra ante nosotros son asuntos pequeños en comparación con lo que se encuentra dentro de nosotros”
Haciendo introspección estos días donde tengo espacio para conectar más conmigo misma, me he dado cuenta de que para mí ha sido una nueva oportunidad para empezar de cero y vivir una vida totalmente diferente a la que vivía hasta ahora desde la zona de confort, y lo agradezco desde la humildad, dándome cuenta y valorando aún más a mis seres queridos, mi familia, mis amigos, mi salud emocional, mental y física. Agradezco lo que tengo, y doy gracias por tener la oportunidad de poder vivir y fluir con la vida con más flexibilidad y libertad. Desde el SER, no desde el TENER. Libertad para ser quien soy realmente, libertad para crear una vida más afín y coherente conmigo misma. Libertad para trabajar de una profesión que me apasione; el coaching. Pues es lo que realmente quiero el bienestar de las personas, ayudando a los demás también me ayudo a mí misma. Libertad para elegir las personas con las que quiero estar y que sean afines a mí.
Por ello, os invito a que reflexionéis sobre ello, a aprovechar estos días de confinamiento como una oportunidad para reflexionar sobre como os afecta esta situación y que os quiere decir a cada uno de vosotros. Esta situación nos está dando una lección a nivel global. Mi honesta y humilde opinión es que nos está diciendo que tenemos que cambiar nuestra forma de vivir tan enfocada en el consumismo, y volver más al origen, para que valoremos más lo que tenemos, seamos más minimalistas viviendo y valoremos más nuestras relaciones, sobre todo nuestra comunicación, que nos enfoquemos más en una comunicación asertiva, expresando como nos sentimos respecto los comportamientos del otro, sin juzgar, sin herir al otro y sobre todo respetándonos mucho a nosotros mismos. Reflexionar sobre que valores son importantes para nosotros en una relación de pareja, y para nuestra vida.
Vivir esta crisis, como una reinvención de nosotros mismos, de nuestra forma de vivir, de nuestros trabajos, de nuestras relaciones, de valores, y de valores. De mirar más hacia adentro y no tanto para fuera.
Aprovechar esta situación como una oportunidad que se nos brinda para darnos un espacio para escucharnos, y preguntarnos: ¿Como me siento? ¿Estoy satisfecho conmigo mismo? ¿Estoy satisfecho con mi vida? ¿Que necesito? ¿Me doy yo a mi mismo lo que necesito, o lo pido a los demás?
Solo así de esta manera, escuchándonos nos daremos cuenta de nuestras carencias, de como nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás. Y de allí poder ver y observar si mi relación de pareja es una relación sana o es toxica, estoy encantado de la vida, o me gustaría cambiar algo… Y al mismo tiempo preguntarnos que es lo que puedo hacer para fortalecer nuestro vinculo en estos momentos de crisis, o si esta relación es para mi o no. Aunque lo más importante al final de todo, es como nos relacionamos cada uno de nosotros con nosotros mismos. Pues para cada uno de nosotros, somos el Amor de Nuestra vida. Yo soy el amor de mi vida y tu eres el tuyo. Tu nivel de felicidad depende en gran medida de tu autoestima, y si tienes una buena autoestima, y te hablas con cariño y amabilidad, ni el coronavirus ni ninguna adversidad podrá quitarte esta felicidad.
Al final todos queremos ser felices, y según un estudio de Harvard que se realiza desde hace más de 75 años lo que nos hace más felices son las relaciones y vínculos con los demás, y siempre podemos mejorar nuestra relación con nosotros mismos, para disfrutar de relaciones realmente extraordinarias.
Así que, en tiempos de coronavirus, amate aún más, ama a los demás y serás más amado.
La llave en la vida es ser feliz en tu presente, confiar en ti, aceptando la realidad, dejándola ser y es allí cuando se transforma y todo se vuelve mágico.
La vida es abundancia, el universo está lleno de abundancia solo tienes que verlo, quítate las gafas.
DESCUBRE EL GRAN AMOR DE TU VIDA, FLUYE, SE TU MÁXIMO SER Y VIVE CON PASIÓN
FLOW CHANGE PASSION
Mi nombre es Fontcalda Cots Prades, tengo 42 años, y trabajo como Life Emotional Coach. Mi gran pasión: El bienestar de las personas. Mi Misión: Acompañar a las personas a que descubran el amor de su vida, sean su máximo SER y vivan una vida con pasión. Mi Visión: Crear una comunidad de personas conscientes y felices para disfrutar de relaciones extraordinarias y vivir desde la sostenibilidad y respeto con el planeta.
¿Te atreves a SER?
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